Mucha constancia

Estar en forma no significa forzosamente matarse a hacer gimnasia, lucir un cuerpo de plástico, ni una cara inexpresiva de puro estirada…

Es un concepto completamente diferente, mucho más universal y amplio de miras, que tiene bastante que ver con encontrarse bien con uno mismo, con conformarse con lo que naturalmente se tiene, pero con ansias de reformas inteligentes.

Con mirar al espejo y no dar marcha atrás haciendo un esfuerzo por reconocer a la persona que allí se asoma,

¡que a veces ocurre! cuando el cansancio cotidiano entraña desidia como, por ejemplo: hoy me voy a la cama sin limpiarme la cara, o me como este pan con salsa rica, o este postrecito de mil calorías, que por un día no pasa nada…

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Y es verdad, por un día nada ocurre, lo malo es que se resquebraja la rutina obligada y luego no es uno sino mil.

Podemos sin embargo mostrar un aspecto más sexy, más estilizado, más firme y más elástico sin extremar las cosas, porque del mismo modo que en cosmética se busca la polisensorialidad (el cuidado de los cinco sentidos) en el cuidado personal debe hallarse presente el placer.

Hacer las cosas bien hechas, pero sin martirios que solo conducen al fracaso.

El resultado no se hará esperar, y sin duda dará ánimo para seguir en la línea marcada.