¿CÓMO ELEGIR UN PERFUME?

Elegir un Perfume  no siempre es fácil.

Las esencias, técnicamente hablando, suelen construirse en forma de pirámide:

En la cúspide de la fragancia se encuentran las primeras notas, las de salida, las responsables de que nada mas oler, aceptemos, o rechacemos un aroma.

A continuación se despiertan las notas intermedias, conocidas también como de corazón, que dan paso a las de fondo.

Al llegar a ellas, se supone que el olor se ha desarrollado por completo.

Agua de Loewe

Fundirse con la piel

Si la fragancia tiene una armonía bien construida deberá fundirse con cada piel, y mostrarse de modo diferente en cada ser humano que la lleve.

En otras ocasiones sin embargo, la construcción no es piramidal sino lineal, o sea, que desde el primer al último instante huele lo mismo.

Truco:

En ambos casos,  al comprar un perfume, hay que dejar transcurrir un tiempo entre el momento en el que se vaporizó y el que se acercó a la nariz.

Y evitar rociar cerca de la misma, para que la pituitaria no se “empape” demasiado y se empalague con sus acordes olfativos. 

Probar  y comprobar:

Elegir bien un perfume es ya una recompensa.

Pero para alcanzarla ¡hay que probarlos, comprobarlos, y finalmente comprarlos…

Y ¡Nada de utilizar tan solo uno!…

Pueden usarse varios, según la hora del día o de la noche, o del estado de animo, o de la vestimenta, o incluso de la situación emocional, pasional, o simplemente profesional por la que atravesemos.

Eau de Soir de Sisley

Saben convivir

No hay problema…todos saben convivir:

Los florales, los afrutados, los orientales, los “frescos”, los amaderados, los ambarinos…

Y otros muchos. que se mezclan en familias y subfamilias de diferentes características, encerrados en frascos cada vez más cercanos a lo que se entiende por obra de arte…

Con nombres impactantes y apellidos «registrados» por obra y gracia del marketing…

Oler es escoger

Y por ello se dice que uno de los afrodisíacos más naturales que existen, es el olor de la piel de la persona que nos atrae.

Sublimarlo, o simplemente esbozarlo, depende en gran medida de la «forma» más o menos densa del perfume elegido.

Pero eso… ¡que el perfume tiene mucho que ver con la atracción, con el sex-apeal y con el glamour!.

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