¿CON CUÁL ME QUEDO?
Se dice incluso que las señales químicas destapadas por una fragancia, regulan la comunicación y el comportamiento sexual de los seres vivos.
¡Hasta el amor entra por la nariz!…
¿Cómo no nos vamos a sentir fascinados por ellas?…
Por las esencias, claro, que son ni mas ni menos que un regalo a la complicidad personal, y a la autoestima.
Las hay de sport, de fiesta, naturales, sofisticadas, densas, suaves…
Pero con una característica común, su increíble capacidad de despertar y sublimar pasiones.
Y entre tantísimas variedades, bien podemos elegir la «nuestra», esa que se transformara en una segunda piel.
Que atraerá al sexo opuesto de forma «imperceptible» pero cierta.
Y porque?…
Pues porque el cerebro descodifica los mensajes olorosos y, condiciona las emociones que despiertan.
Cuando un perfume obtiene su aprobación, las hace positivas.
Las convierte en propias.
Las procesa y transcurrido un tiempo, las reconvierte en recuerdos.
Tan es así, que existen estudios de psicología para recoger coincidencias curiosas:
En un alto porcentaje, cada persona elegirá habitualmente aquel perfume que le traslade a los instantes más bellos de su infancia, al entorno de su adolescencia, a su campo, a su jardín, a su mar, o a su bosque.
Llevar el perfume indicado
Porque realmente, las fragancias interpretan los sueños, y llevar el perfume indicado, en el momento preciso, equivale a soñar en technicolor, o a vestir la mirada de nostalgias, de alegrías, de sorpresas y de promesas.
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